Cosechado y transportado a la bodega en cajas de 15 kg para ser procesado en perfecto estado y evitar la oxidación del mosto antes del inicio de la fermentación, se llevó a cabo una segunda selección en la bodega para eliminar las últimas impurezas antes de su vinificación. Separado el raspón de la uva, se dejaron macerar las pieles con el mosto en barricas de madera de 500 litros para extraer suavemente todos los compuestos fenólicos que aportan estructura, color y complejidad a nuestro vino. Diariamente, y durante las dos semanas que el mosto fermentó en vino, se realizaron remontados para macerar y extraer de las pieles los mejores taninos y aromas de fruta roja. Una vez terminada la fermentación alcohólica, se separaron las pieles del vino para llenar las barricas de roble francés donde permanecerá alrededor de dieciocho meses antes de embotellarse con tapón de corcho natural, filtrando suavemente para retirar las partículas gruesas que pudieran quedar. Este vino no ha sido clarificado para mantener su máxima expresión durante todo el tiempo de guarda en botella hasta su comercialización, que se produce doce meses después de su embotellado.